lunes, 10 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Benjamin sobre el DADAismo
“Desde siempre ha venido siendo uno de los cometidos más importantes del arte provocar una demanda cuando todavía no ha sonado la hora de su satisfacción plena. La historia de toda forma artística pasa por tiempos críticos en los que tiende a urgir efectos que se darían sin esfuerzo alguno en un tenor técnico modificado, esto es, en una forma artística nueva. Y así las extravagancias y crudezas del arte, que se producen sobre todo en los llamados tiempos decadentes, provienen en realidad de su centro virtual histórico más rico. Últimamente el dadaísmo ha rebosado de semejantes barbaridades. Sólo ahora entendemos su impulso: el dadaísmo intentaba, con los medios de la pintura (o de la literatura respectivamente), producir los efectos que el público busca hoy en el cine.
Toda provocación de demandas fundamentalmente nuevas, de esas que abren caminos, se dispara por encima de su propia meta. Así lo hace el dadaísmo en la medida en que sacrifica valores del mercado, tan propios del cine, en favor de intenciones más importantes de las que, tal y como aquí las describimos, no es desde luego consciente. Los dadaístas dieron menos importancia a la utilidad mercantil de sus obras de arte que a su inutilidad como objetos de inmersión contemplativa. Y en buena parte procuraron alcanzar esa inutilidad por medio de una degradación sistemática de su material. Sus poemas son «ensaladas de palabras» que contienen giros obscenos y todo detritus verbal imaginable. E igual pasa con sus cuadros, sobre los que montaban botones o billetes de tren o de metro o de tranvía. Lo que consiguen de esta manera es una destrucción sin miramientos del aura de sus creaciones. Con los medios de producción imprimen en ellas el estigma de las reproducciones. Ante un cuadro de Arp o un poema de August Stramm es imposible emplear un tiempo en recogerse y formar un juicio, tal y como lo haríamos ante un cuadro de Derain o un poema de Rilke. Para una burguesía degenerada el recogimiento se convirtió en una escuela de conducta asocial, y a él se le enfrenta ahora la distracción como una variedad de comportamiento social. A1 hacer de la obra de arte un centro de escándalo, las manifestaciones dadaístas garantizaban en realidad una distracción muy vehemente. Había sobre todo que dar satisfacción a una exigencia, provocar escándalo público.” W. Benjamin (1989), “La Obra de Arte en la Época de su Reproductibilidad”, en Discursos Interrumpidos, Taurus, Buenos Aires.
CINE SURREALISTA (2) - Ensayo de un Crimen
Ensayo de un crimen, también conocida como La vida criminal de Archibaldo de la Cruz, es una película del director español exiliado en México Luis Buñuel. Parte de una novela de Rodolfo Usigli, quién puso muchas pegas a la adaptación que Buñuel hizo e incluso lo denunció al sindicato de guionistas.
Una comedia de marcado humor negro, es una de las películas más originales y atípicas de la filmografía del director aragonés, aunque en ella se pueden observar las constantes de su cine, sus obsesiones y sus fantasmas. Otros dos directores españoles incluyeron imágenes de esta película en sus films: Pedro Almodóvar en Carne trémula y Álex de la Iglesia en Crimen ferpecto.
CINE SURREALISTA - Un perro andaluz
Un perro andaluz es un cortometraje de 17 minutos, mudo (en 1960 se incorporaron los motivos de Tristán e Isolda de Richard Wagner y un tango), escrito, producido, dirigido e interpretado por Luis Buñuel en 1929 con la colaboración en el guión de Salvador Dalí.
El rodaje duró 15 días. Según refiere Buñuel a De la Colina y Pérez Turrent, Un perro andaluz nació de la confluencia de dos sueños. Dalí le contó que soñó con hormigas que pululaban en sus manos y Buñuel a su vez cómo una navaja seccionaba el ojo de alguien.
Un perro andaluz está considerada la película más significativa del cine surrealista. Transgrediendo los esquemas narrativos canónicos, la película pretende provocar un impacto moral en el espectador a través de la agresividad de la imagen. Remite constantemente al delirio y al sueño, tanto en las imágenes producidas como en el uso de un tiempo no cronológico de las secuencias.
Murales
Las calles de todas las ciudades del mundo cuentan con murales de graffitis. En esta galería de Graffiti Garage les presentamos una variedad importante de fotos que intentan describir las características del arte urbano de los murales.
Graffiti mexicanos
La cultura graffiti de México es una historia desconocida por muchos graffiteros latinos. En este artículo proponemos a través de la presentación de unos graffiti de México que conozcan un poco de su arte urbano.
Barcelona repleta de graffiti y graffiteros
Esta galería de imágenes esta enteramente dedicada a una de las mayores “tribus urbanas” de Barcelona. Los graffietros, ellos son uno de los pilares fundamentales de la nueva Barcelona; los muros, trenes y carteles de esta ciudad están repletos de graffiti. Para los graffiteros la repetición, las formas y los colores de sus graffiti y de los de sus colegas son significadores; y lo que hacen es, ante todo, un ejercicio de libertad, y no de vandalismo. Deciden por sí mismos, toman la iniciativa, ocupan su lugar y dejan constancia de que existen, expresan sus cualidades artísticas y adornan los insulsos y tediosos espacios vacíos de Barcelona.
Tienen en cierto sentido una idea lúdica, por momentos romántica, del arte callejero. No intentan comunicarse directamente con el transeúnte, sin embargo les cuesta asimilar que su obra sea considerada por muchos una agresión. La prohibición, el peligro, es sin duda un estímulo a la hora de graffitear.
Los invitamos a conocer o reconocer algunos de los graffiti más famosos de esta ciudad de España.